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El 2 de abril, los trabajadores de Huta Batory, una fábrica de acero, empezaron una huelga de ocupación salvaje. Los trabajadores tomaron acción directa contra los planes de la fábrica de despedir al 20 % de la plantilla y de emplear un 80% a través de ETTs.

Ya desde hace algún tiempo, la fábrica emplea trabajadores temporales, que ganan la mitad que los otros – 350 euros al mes. La empresa propietaria de la fábrica, Alchemia S.A., no tiene ningún problema financiero sino que obtiene grandes beneficios – sus principales dueños son multimillonarios. Para hacer aún más beneficios, la empresa decidió empezar a despedir a los trabajadores para que puedan ser reemplazados. La semana antes de que comenzara la huelga, se despidió a 50 personas.

Los propietarios respondieron con amenazas y contrataron seguridad privada para que fuera y, violentamente, rompiera la huelga. Los activistas locales de la ZSP decidieron defender a los trabajadores de tal ataque y apoyar los huelguistas de varias formas. Cuando llegaron las fuerzas de seguridad en autobuses, encontraron a más de 2000 personas - los trabajadores, sus familias y mucha gente local. Regresaron a su ciudad y se negaron a tomar cualquier acción contra los huelguistas.

Después de esto, la empresa declaró que la huelga es ilegal y van a cerrar la fábrica si los trabajadores no regresan a su trabajo. La ZSP en Varsovia visitó la sede de la empresa con una protesta. El 6 de abril, Alchemia anunció que va a cerrar la fábrica, que despide 124 trabajadores de inmediato por razones disciplinarias. Después de la semana santa, la empresa paró la mayoría de la producción y sólo 50 esquiroles trabajan ahora.

Los trabajadores respondieron con protestas ante la sede de la fábrica en Chorzow. El 13 de abril, Alchemia organizó una asamblea extraordinaria de accionistas, con solamente un punto: tomar una decision que permitiera a la empresa liquidar la fábrica. La ZSP llegó antes de la asamblea y ocupó la sala. Pero por supuesto que las decisiones ya habían sido tomadas por los capitalistas y más adelante, en el día, se publicó el valor de los activos.

Mientras tanto, en lugar de escalar el conflicto, los sindicatos tratan de convencer a la gente de que hagan todo legalmente y dicen que hay malas consecuencias para los trabajadores cuando éstos actúan por sí mismos, a pesar de que creemos que las peores consecuencias son cuando los trabajadores no hacen nada y renuncian a sus luchas por consejo de los burócratas sindicales.